Cardona crónico

Es una verdadera lastima que nuestros padres tengan esa imperiosa necesidad de mandarlo a uno lejos de la casa el mayor tiempo posible y es ahí cuando se dejan a un lado los fabulosos deportes como mirar pasar hormigas, escupirles la fila para que se desorienten y luego masticar una que otra. Se empieza el estudio y el ocio eterno se acabó.
El estudio lo empecé… mal, llegué a la institución estudiantil donde montones de mamaés daban los últimos retoques de baba en la cara o en el pelo de sus pequeños, preparándolos para lo que se les avecinaba, crueldad infinita, empecé a notar que nada iba bien cuando una maestra me dijo con cariño y compasión “ oiga pendejito a usted no le tocaba venir hoy!” .
Empezar el estudio fue horrible, yo estaba acostumbrado a hacerme chichi en los pantalones cuando me placía, sin ningún tipo más de inconveniente que el de tener que lidiar con una cremita refrescante. Nada, eso se acabó, el chichi tocaba guardarlo para las horas previamente destinadas para ello, horas que no consultaron con gente muy miona definitivamente .
Además en los primeros años del colegio se aprende una terrible verdad… uno no es tan bonito como toda la vida le había dicho la mamá, apodos como cuatro ojos, enano y mondongo por que era montañero y por peinado tenía un hongo, pasaron a ser parte de mi mundo al mismo tiempo que otros niños con 30 cms más de estatura decidieron que era divertido jonjolearme o hacerme bajar de la rueda rueda para empujarlos, o brindarles el mazapán que con esfuerzo había adquirido después de hacer una fila donde todo el mundo era más ancho y pesado que yo.

Otra cosa que se averigua con la madurez del kinder es que uno no tiene superpoderes. Que cuando se lanza un niño de un segundo piso. Y uno cae duele, duele como un verriondo y verriondo es lo que le toca uno creerse para no estallar en llanto como una nenita.
Ah y las rodillas tienen un limite y el que tenga las rodillas muy hermosas es porque no fue niño.

La lonchera escolar es ese extraño contenedor donde la comida caliente se pone fría y la fría caliente, en donde el jugo se asienta y que si se volea mucho el sabor de lo resultante es muy parecido a aguamasa.

Pero definitivamente lo menos mejor de iniciar los estudios eran las niñas, esos seres semimontruosos que poseían el doble de la estatura y la mitad de la tolerancia eran el enemigo. Ellas tenían muchas fallas, no comían tanta tierra, no les gustaba agarrarse a golpes y no idolatraban a robots gigantescos que destruían ciudades defendiéndolas… de terribles bestias asesinas. Si yo fuera un malo con el presupuesto para construir una bestia asesina mecánica de 40 metros, mejor me construyo una mansión en Venecia y se acabó, pero volvamos a las niñas… ellas fueron el enemigo hasta cierto punto , ese punto en que les crecieron las nalgas y se nos hicieron muy atractivas , claro que la intolerancia hacía los hombres siempre la conservan y la conservarán… y lo único que pienso en este momento es… que será del pobre bobo que le jalaba el pelo en el Kinder a Natalia París?